El Papa Francisco publicó un mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que se celebra este viernes 11 de febrero, en el que subrayó la importancia de sanar las enfermedades tanto “físicas como espirituales”.
El Santo Padre inauguró, a través de un videomensaje, el webinar organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que se celebra en el día de la Virgen de Lourdes.
El Papa comenzó dirigiéndose a todos aquellos que “dentro de la Iglesia y en la sociedad acompañan con amor a los que sufren”.
“La enfermedad no sólo nos hace sentir frágiles o necesitar a los demás, sino que también impone una pregunta de sentido, que a través de la fe se dirige a Dios, buscando un nuevo significado y una nueva dirección hacia la existencia, que muchas veces no encuentra una respuesta rápida”, explicó el Santo Padre.
A continuación, citó a San Juan Pablo II, “quien indicó a partir de su propia experiencia personal el camino de esta búsqueda. No se trata de replegarse sobre sí mismo, sino, por el contrario, de abrirse a un amor mayor”:
“Si una persona participa del sufrimiento de Cristo es porque Cristo ha abierto su sufrimiento al ser humano. Porque Él mismo en su sufrimiento redentor, se hace en un cierto sentido partícipe del sufrimiento humano. El hombre, descubriendo mediante la fe el sufrimiento redentor de Cristo, al mismo tiempo descubre en él sus propios sufrimientos y encuentra mediante la fe un nuevo contenido y un nuevo significado”.
El Santo Padre advirtió también que “no se debe olvidar nunca la singularidad de cada enfermo, con su dignidad y fragilidad. La persona, en su integridad, necesita cuidados. El cuerpo, la mente, la voluntad, libertad y la vida espiritual”.
Curar las heridas del cuerpo y del alma
En este sentido, el Papa Francisco señaló que “el cuidado a los enfermos no se puede diseccionar, porque no se puede diseccionar al ser humano. Podremos, paradójicamente, salvar el cuerpo y perder la humanidad”.
“Los santos que se han hecho cargo de los enfermos han seguido siempre la enseñanza del maestro, curar las heridas del cuerpo y del alma. Buscar la sanación física y espiritual de manera conjunta”, subrayó.
La enfermedad como fenómeno global
El Pontífice aseguró que con la pandemia del coronavirus hemos podido ver la enfermedad como un “fenómeno global, y no solo individual” e invitó a los fieles a reflexionar sobre otro tipo de patologías que amenazan a la humanidad y el mundo, como son el individualismo y la indiferencia, a las que definió como “dos formas de egoísmo que desgraciadamente se ven amplificadas en la sociedad del bienestar y del liberalismo económico”.
“El antídoto para curar este virus social es la cultura de la fraternidad, fundada sobre la consciencia de que somos todos iguales como personas humanas e hijos del mismo Padre”, defendió el Papa, quien aseguró que “sobre esta base será posible tener tratamientos eficaces para todos. Pero si no estamos convencidos de que todos somos iguales, esto no funcionará”.
Por los enfermos de todos los rincones del mundo
El Santo Padre hizo una mención especial a todos aquellos que dan su vida por los enfermos, como los misioneros y religiosas. “También hoy esta vocación y misión de cuidado humano integral debe renovar los carismas en el ámbito sanitario, para que no falte la cercanía hacia los que sufren”, señaló.
Asimismo, aseguró tener presente en sus oraciones a “las familias y amigos que cuidan de sus seres queridos con cariño, médicos y enfermeros, farmacéuticos y personal sanitario; capellanes de los hospitales, a los religiosos y religiosas de los Institutos dedicados al cuidado de los enfermos, y a los numerosos voluntarios, para que el Señor les dé la capacidad de escuchar a los enfermos, de ser pacientes con ellos, de cuidarlos de manera integral, cuerpo, espíritu y relaciones”.
Por último, el Papa Francisco se dirigió a los enfermos “en todos los rincones del mundo, especialmente por los que están más solos y no tienen acceso a los servicios sanitarios”, y encomendó a todos a la protección maternal de María, Salud de los enfermos.