CARACAS, La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), dio a conocer un comunicado titulado “La violencia de los impíos los arrastrará, porque se niegan a obrar con justicia” en el que exigen se respete la vida de todo ser humano y en el que alientan a clamar en oración a Dios por el país.
El comunicado de la Comisión presidida por Mons. Roberto Lückert, se publica “ante la gravísima agudización de la violación de los derechos humanos y las libertades democráticas que sufren diversos sectores sociales de la Nación”.
Los prelados expresan su solidaridad y cercanía con el pueblo venezolano, “en momentos en que el gobierno, garante superior de los derechos, la paz y la seguridad pública, se ha convertido en su principal trasgresor, violentando y atacando residencias familiares de ciudadanos indefensos, agrediendo sin distinguir localidades ni personas, situación que consideramos social y moralmente injustificable”.
El texto denuncia que la violencia contra los ciudadanos la ejercen “los organismos de seguridad, particularmente la Policía Nacional, la Guardia Nacional Bolivariana y colectivos que usan armas prohibidas”.
La violencia se registra prácticamente a diario en Venezuela, en donde no cesan las protestas desde hace más de dos meses ante la insostenible crisis económica, la grave escasez de alimentos y medicinas; y las graves violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno.
La Comisión de la CEV también expresó su claro rechazo a la “convocatoria de una Asamblea Constituyente que niega y vulnera la progresividad de los derechos humanos y sumerge a la Nación entera en una situación de convulsión social y violencia”.
El 1 de mayo el Presidente Nicolás Maduro convocó a una Asamblea Constituyente para modificar la Carta Magna promulgada por Hugo Chávez en 1999.
La medida fue fuertemente respondida por la oposición que señaló que la medida de Maduro se trata de un nuevo golpe de Estado y llamó a la población a mantener las protestas pacíficas en las calles.
Ante la grave situación en el país, la Comisión de Justicia y Paz de la CEV exhortó al Estado, “particularmente al Consejo Moral Republicano, a velar por el efectivo respeto y garantía de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional”.
Pidió al Ministerio Público que “intente las acciones a que hubiere lugar contra los funcionarios públicos involucrados en hechos de violencia” y solicitó al Poder Judicial que “conozca de las causas y asuntos que son de su competencia y que le correspondan en el conocimiento de las violaciones de los derechos humanos, recordándoles su independencia ante los demás poderes”.
Finalmente encomendaron la situación de Venezuela a “la Virgen de Coromoto patrona de Venezuela y exhortamos a todos los sectores a trabajar por la paz, la concordia social, el respeto irrestricto a la vida sagrada de todo ser humano y a orar en todos los ambientes clamando a Dios por Venezuela”.
El comunicado de la Comisión aparece dos días después de que se conociera una carta del Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, en la que se reitera que la realización de elecciones constitucionales “podría solucionar la grave situación de Venezuela y el sufrimiento al que se ve sometida la población”.