“El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él”
Esto es algo muy profundo, muy íntimo en el corazón de Jesús. Quiere decirle a la multitud una realidad muy secreta: “Os amo tanto, que quiero vivir en vosotros”. Esta es la realidad del amor.
Amar es vivir en el otro y llevarle dentro de sí. El amor es unidad de sentimientos y de pensamientos. Amar es permanecer. El que ama quiere permanecer en la persona amada, a la que lleva en su corazón.