Con ocasión de la reciente Jornada Mundial de Oración [AdSense-A]por las Vocaciones que tuvo por tema ‘La Iglesia, madre de vocaciones’, conversamos con el arzobispo Secretario para los Seminarios en la Congregación del Clero, monseñor Jorge Carlos Patrón Wong.
¿En qué sentido la Iglesia es madre de las vocaciones?[AdSense-C]
“Todas las vocaciones nacen en el seno de la Iglesia. Siempre nacen a través de la fe que es transmitida en la familia, en la escuela, en el catecismo, en la parroquia, es desarrollada en un grupo apostólico, en la catequesis. La transmisión de la fe, del amor, de la esperanza se hace siempre en la Iglesia y es precisamente estas tres vivencias que hacen ver a un niño, a un joven que nuestra vida es una llamada constante del amor de Dios, y ese amor es también una llamada para transmitir el amor de Jesucristo y esto se realiza concretamente en la Iglesia. Por eso decimos que es madre, porque la Iglesia, no únicamente nos da la fe, nos transmite la fe, sino que nos nutre la fe, nos hace crecer en la fe y después –que es algo muy hermoso- nos hace transmisores de esa fe”.[AdSense-C]
¿Qué mensaje da el Jubileo de la Misericordia a las jóvenes vocaciones?
“El Papa Francisco ha dicho que todas las vocaciones son consecuencia de la experiencia del amor misericordioso de Dios Padre. Del encuentro de Jesús y de la acción del Espíritu Santo que se encuentra vivo en el corazón de tantos jóvenes. Hoy el Papa Francisco nos hace experimentar no únicamente con palabras sino con gestos concretos, con obras concretas de misericordia, espirituales y materiales, que Dios siempre está con nosotros, su amor misericordioso siempre está con nosotros y esto abre en nuestras vidas este horizonte que el amor es difusivo, que se transmite, que se comunica. No podemos permanecer nosotros con esa experiencia con Dios, sino que tenemos que transmitirla a los demás y de allí surge esta llamada vocacional de tantísimos jóvenes porque se dan cuenta que muchos hermanos y hermanas nuestras no han tenido la experiencia que estamos viviendo, de amor y misericordia. El año jubilar de hecho es una renovación para que vivamos con intensidad y hagamos vivir con intensidad el amor de Dios, el amor vivo de Cristo resucitado”.
Por último, monseñor Patrón Wong agradece a todos por las oraciones que realizan, en particular, por los sacerdotes y obispos ya que “los sostienen”. Y pide oraciones para que “el Señor envíe más misioneros, discípulos a su grey… para que los sacerdotes perseveren y crezcan en santidad y servicio y cercanía a Dios y a su pueblo… y también para que los jóvenes en medio de las dificultades que viven, descubran en medio de esas dificultades, el amor de Dios y el llamado de Dios para servir y amar a los demás”.
(Mercedes De La Torre – Radio Vaticano).