El cardenal presidente de la Conferencia Episcopal Italiana llegó el 15 de junio al Charitas Baby Hospital de Belén, el único hospital pediátrico de Cisjordania. Una cita prevista en el marco de la peregrinación diocesana de paz y solidaridad. «Siempre llegamos demasiado tarde para proteger la vida, aquí debemos intentar hacer entrar en razón a los mayores y encontrar el valor para un alto el fuego»
Vatican News
La tarde del 15 de junio el cardenal Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), llegó a Belén, al Charitas Baby Hospital (Cbh), el único hospital pediátrico de Cisjordania. Una cita prevista en el marco de la peregrinación diocesana de «paz y solidaridad» en curso entre Jerusalén y Belén, y dirigida por el propio cardenal con 160 participantes procedentes también de otras ciudades italianas.
Más de 70 años de actividad ininterrumpida
El purpurado acompañado por una delegación de peregrinos, informa Daniele Rocchi, corresponsal de la Agencia SIR, fue recibido a su llegada por Shireen Khamis, de la oficina de comunicación del hospital, que le mostró un breve vídeo sobre la historia del hospital, que celebra en este 2024 71 años de actividad ininterrumpida.
Se calcula que en la región viven más de 410.000 niños menores de 18 años. La historia actual del Charitas Baby Hospital habla inevitablemente de una guerra, la de Gaza, que dificulta aún más el desplazamiento de las familias que necesitan tratar a sus hijos, pero también del problema de la sobrecarga de pacientes y la falta de camas.
«Para llegar a Belén, la gente tiene que pasar cientos de puestos de control israelíes. En los tres primeros meses de la guerra, 7.000 niños no pudieron recibir tratamiento por este motivo», explicó Khamis. «Además, la guerra ha agravado los ya graves problemas económicos. Sin turismo ni peregrinaciones, muchas familias han perdido su trabajo y no pueden permitirse el tratamiento».
Pero el Charitas Baby Hospital sigue haciendo su parte, incluso cuando está al límite de sus fuerzas, para ayudar a los niños enfermos: «A mediados del pasado mes de marzo – cuenta Khamis – llegó a Belén un grupo de 68 pequeños procedentes de la Franja de Gaza. Acogidos en un centro especializado, la organización Aldeas Infantiles SOS se ocupa de ellos, mientras que el hospital les presta atención médica».
El sufrimiento de los niños es inaceptable
El cardenal Zuppi, guiado por la hermana Aleya Kattakayam, responsable del Instituto del Niño María que dirige el Cbh, visitó a continuación las distintas salas, saludó y llevó abrazos y caricias a algunos de los pequeños hospitalizados, a sus padres visiblemente agobiados, y luego pudo hablar también con los médicos y las enfermeras.
«Estamos en un lugar donde el sufrimiento de tantos niños encuentra una cura. Pero no siempre es así – dijo Zuppi – tenemos que partir de aquí para entender qué necesitan los más pequeños, los más frágiles, para que puedan tener todo aquello a lo que tienen derecho. El sufrimiento de los niños es inaceptable. Y aquí debemos intentar hacer entrar en razón a los adultos».
En este sentido, el cardenal quiso recordar a los niños israelíes muertos el 7 de octubre de 2023 durante el ataque de Hamás a Israel y a los niños palestinos que han muerto en Gaza durante estos ocho meses de guerra. «Algunos de estos pequeños niños de Gaza – dijo Zuppi – han sido atendidos en hospitales italianos, incluso en Bolonia. Me han contado cosas terribles, como amputaciones sin anestesia».
Proteger la vida: encontrar el valor para un alto el fuego
«Debemos prepararles una vida posible, mirándoles comprendemos lo que debemos hacer. El odio, la terrible lógica de la violencia, no saber comprender el sufrimiento de los demás y pensar sólo en el propio son cosas que producen más violencia y víctimas inocentes como los niños», añadió el arzobispo de Bolonia, que se hizo eco de las palabras de Rachel Goldberg-Polin, la madre del joven Hersh, rehén de Hamás en Gaza, con quien se reunió al comienzo de la peregrinación.
«Esta mujer estaba pensando en su dolor y en el dolor de tantos en Gaza. Rachel dijo algo muy acertado: ‘Quiero que mi dolor no cause más dolor’. El sentido de esta visita – concluyó el cardenal Zuppi – es comprender el dolor y afrontarlo con un mismo amor, estando cerca, ayudando y rezando para que se encuentre la fuerza y el valor para un alto el fuego y para una vía urgente de diálogo».