SANTIAGO, Ante el avance del proyecto de aborto en Chile, el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier, advirtió que “vendrán cosas peores” como la eutanasia, que son “contrarias a la persona humana, al orden natural querido por Dios y a la misma fe católica”.
El pasado 20 de julio la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de aborto en caso de riesgo de vida de la madre, “inviabilidad” fetal y por violación. Sin embargo, debido a la divergencia de posturas, se acordó conformar una Comisión Mixta donde cinco senadores y cinco diputados deberán lograr un consenso.
Por su parte, parlamentarios de Chile Vamos que están en contra del proyecto de la coalición de gobierno de la presidenta, Michelle Bachelet, anunciaron que recurrirán al Tribunal Constitucional ya que el documento “relativiza el derecho a la vida”.
“Ocurrió lo peor: Se aprobó la ley del aborto con el voto mayoritario de los partidos de izquierda, incluyendo el demócrata-cristiano (DC). Sobre ellos caerá la sangre de los niños asesinados en el vientre de la madre y tendrán que responder ante Dios”, expresó el Obispo de Villarrica.
“¿Qué viene ahora? No hay que ser profeta para decir que vendrán cosas peores” como la “ley de la eutanasia”, agregó Mons. Stegmeier. Enfatizó que “estas leyes contrarias a la persona humana, al orden natural querido por Dios y a la misma fe católica contarán con el apoyo de la democracia cristiana”.
“Se dijo que la ley de divorcio -aprobada con los votos de la DC- estaría restringida a casos muy especiales, pero resultó ser muy permisiva. Se dijo que la ley de acuerdo de vida en común, también apoyada por la DC, incluyendo a homosexuales, se quedaría hasta ahí, pero ya se anunció el envío del proyecto de matrimonio igualitario”.
“Dicen que será sin adopción de niños por parte de los homosexuales. Pero es otra mentira más, pues también podrán adoptar. Y no hay que ser profeta para decir que otra vez será la DC la que dará los votos necesarios para ello”, precisó.
“La ley del aborto es un engaño del demonio. ‘Homicida desde el principio y padre de la mentira’ y de los que lo tienen por padre. Es mentira que el aborto será para casos muy específicos, porque lo que se pretende es el aborto libre en el que ‘la mujer pueda tomar la decisión’ –describe la ley- respecto a su propio cuerpo”.
Mons. Stegmeier exhortó a orar “por la conversión de los abortistas y por la pronta derogación de la ley”, “apoyar a la mujer con un embarazo vulnerable y participar en instituciones dedicadas a esto”, así como en los movimientos pro vida y sus actividades.
Asimismo, invitó a “estudiar los fundamentos (genéticos, biológicos, antropológicos, estadísticos) del por qué todo niño tiene derecho a nacer y también los efectos del aborto en la madre, en la familia y en la sociedad”.
También, a utilizar “un lenguaje adecuado”. Decir por ejemplo, crimen del aborto en vez de interrupción del embarazo; niño, hijo, persona, bebé en vez de embrión y feto; y “no hablar sólo de la mujer” sino, “llamarla también madre”.
Por último, el Prelado alentó a “votar sólo por candidatos pro vida dispuestos a derogar la ley del aborto. Si nos duele el dolor de la mujer con embarazo vulnerable y el aborto, a los abortistas les duele el voto”, concluyó.