En su encuentro con los obispos del Perú, el Papa Francisco compartió una singular anécdota que provocó risas y entregó una gran lección a los presentes.
El Santo Padre compartió la historia de un obispo en Italia en proceso de canonización, que se destacaba por su carácter paternal. Cada vez que ordenaba a un sacerdote “le metía aceite en la mano a montón”.
Las personas “se preguntaban por qué”, a lo que el Papa respondió: “para que no se le pegue la plata”. El relato, que causó la risa de los obispos, lo compartió cuando subrayaba la importancia que debía tener en la vida de los pastores la paternidad.
El Papa explicó que “un papá, una mamá, sabe cómo conducir los conflictos de sus hijos. Se involucra”.
“Y cuando ve, por ejemplo, que el hijo, por el olor, que ya empezó con la droga, (el padre o la madre) llora, sufre”, señaló.
Sin embargo, no recurre a un libro que les diga qué hacer sino que se acercan a su hijo, “se le pone al lado, le habla, lo escucha”.
En ese sentido, el Pontífice afirmó que con el Sacramento del Orden, todos los Obispos tienen “la gracia de la paternidad”.
“Si alguno de nosotros no la ejercita o se le olvidó, o busca otros caminos para contactarse con sus curas, ya perdió la batalla”, advirtió.
Francisco agregó que “sin paternidad los presbiterios se desgastan, o (los curas) le tienen miedo al obispo, o se apartan del obispo, se apartan entre ellos… no sé, o le mienten al obispo, cuántas veces ¿no?”
Por esta razón, continuó el Santo Padre, “quizás nos hace bien de vez en cuando examinarnos sobre nuestra paternidad”, cuyo primer rasgo “es la cercanía”.
Entonces recordó a Santo Toribio de Mogrovejo, cuyos sacerdotes “no eran más angelitos que los nuestros, pero era padre y cuando había que apretar el torniquete lo apretaba, pero lo aceptaban porque lo sentían padre”.
“Es verdad que hay situaciones en las que hay que recurrir a medidas disciplinarias”, reflexionó el Papa, quien invitó a los obispos que incluso en esas situaciones sean padres.
“Un consejo que yo les daría, nunca tomen una decisión irreversible… con un sacerdote sin un proceso que lo garantice, porque el padre también tiene que ser justo”, expresó.