Radio Católica Internacional una señal bajada del cielo
Queridos oyentes y amigos de Radio Católica Internacional,
En estos tiempos desafiantes y cambiantes, donde la fe y la esperanza son más importantes que nunca, nos dirigimos a ustedes con humildad y gratitud en nuestros corazones. Desde lo más profundo de nuestra misión de evangelización, nos esforzamos por llevar la luz de la palabra de Dios a todos los rincones del mundo. Sin embargo, hoy nos encontramos frente a un desafío que no podemos superar solos.
Es cierto, nuestra radio no cuenta con anuncios publicitarios ni con patrocinios que nos respalden económicamente. Dependemos enteramente de la generosidad de personas como ustedes, corazones generosos que comprenden el valor de mantener viva la fe en estos tiempos difíciles.
Cada día, nos esforzamos por ofrecer una programación que inspire, edifique y fortalezca a nuestra audiencia. Desde la palabra de Dios hasta la música que eleva el espíritu, cada momento en el aire es un testimonio de nuestro compromiso con la evangelización y la difusión del mensaje de amor y esperanza.
Sin embargo, para seguir cumpliendo con nuestra misión, necesitamos su ayuda. Las donaciones que recibimos nos permiten cubrir los compromisos económicos necesarios para mantener nuestra señal al aire y continuar llegando a millones de hogares en todo el mundo. Tu contribución no solo sostiene nuestras operaciones, sino que también alimenta la fe y la esperanza de quienes nos escuchan.
Comprendemos que vivimos tiempos económicos difíciles, y por eso valoramos aún más cada gesto de generosidad que recibimos. Cada donación, por más pequeña que parezca, hace una diferencia significativa en nuestra capacidad para continuar llevando el mensaje de Dios a quienes más lo necesitan.
Hermanos y hermanas, los invitamos a unirse a nosotros en este hermoso viaje de fe y esperanza. Su apoyo es crucial para mantener viva la luz de Radio Católica Internacional. Juntos, podemos hacer que nuestra señal brille más fuerte que nunca, iluminando los corazones y las mentes de aquellos que buscan la guía y el consuelo de la palabra de Dios.
Desde lo más profundo de nuestros corazones, les agradecemos por su generosidad y les pedimos que continúen acompañándonos en este importante ministerio de amor y misericordia.
Que Dios los bendiga abundantemente,
Raphy Rey, director general.
